miércoles, 16 de abril de 2014

No es mi problema

Érase una vez un ratón que vivía cómodamente en una granja donde había otros animales. Un día, curioseando un paquete que había recibido el granjero, descubrió una ratonera y tuvo mucho miedo porque se dio cuenta de que querían cazarlo y se iba a acabar la buena vida.

Enseguida salió gritando al patio de la granja: ¡Hay una ratonera en la casa! ¡Hay una ratonera en la casa! Pero nadie apareció alarmarse y no hicieron caso.

La gallina  pasó juntó a él  y le dijo cacareando: Una ratonera para los ratones, ¿no? Entonces a mí no me importa nada.

El ratón pidió ayuda al cordero, pero este le dijo: Lo siento ratón, rezaré para que no te pase nada.

El ratón se dirigió a la vaca y esta le dijo:  ?Que tiene que ver eso conmigo¿ Yo soy grande y fuerte y esas cosas pequeñas no me importan.

Desanimado, regresó a su agujero, y aquella misma noche escuchó el ruido que hacía la ratonera al cerrarse. Pero no había atrapado un ratón, si no una serpiente. La granjera se acercó haber lo que había y la serpiente la picó. La mujer cayó enferma con fiebre y su marido pensando que le sentaría bien tomar algo caliente, mato a la gallina para prepararle un caldo. Como la mujer no mejoraba, fueron a visirtárla todos sus familiares y el granjero mató al cordero para darles de cenar. Finalmente, la granjera murió y su marido tuvó que vender la vaca para cubrir los gastos del funeral.

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